lunes, 9 de marzo de 2009

El observador (fragmento)

Intentó leer al principio con atención, pero sus ojos se escapaban una y otra vez hacia la rubia de delante, sus labios pintados, la curva de su cuello, sus hombros desnudos. Ahora ella miraba con ojos soñadores por la ventana, a veces sonreía un poco. “Quién pudiera ocupar sus pensamientos”, pensó Marcelo. La mujer se sentaba con la espalda recta como una reina, una pierna cruzada sobre la otra y las manos apoyadas sobre la rodilla. Parecía nerviosa, la punta del pie no paraba quieta. Recordó que Lucía, su compañera de trabajo, tenía unos zapatos muy semejantes. Sin embargo, las dos mujeres no se parecían en nada.
Marcelo, envuelto por el ruido metálico y monótono del paso del tren sobre los raíles, y por alguna que otra conversación ajena, miró también por la ventana. Acababan de dejar atrás el polígono industrial de la ciudad y sólo se veían campos de frutales en flor, huertos, alguna pequeña masía. La primavera se presentaba esplendorosa.
Intentó leer por enésima vez el mismo párrafo, pero no podía dejar de mirar disimuladamente a la mujer rubia. Hacía tiempo que no encontraba a una mujer tan femenina. Ahora se aprestaba a retocarse los labios, con una coquetería que sólo había visto en las películas. Con una de sus delicadas manos de largas uñas pintadas de color fucsia, sujetaba un pequeño espejo y con la otra, iniciaba un lento movimiento, la barra de labios rozando esa boca carnosa, suave y brillante. Se quedó mirando como atontado. Jadeaba levemente con la boca entreabierta. Se había excitado.


De la vida y otros viajes, "El observador" (fragmento).
Assumpta Solsona Cabiscol

7 comentarios:

  1. Me pongo en el lugar de Marcelo, y lo comprendo perfectamente...

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  2. Sabes que estamos deseando leer la continuación ¿Verdad? Jajaja. Va a ser un placer tener entre las manos ese libro.

    Ya queda menos.

    Un beso

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  3. Que siempre tenga en cuenta el observador que observar es algo que no se concibe sin ser observado. O ¿por qué ella se pinta coquetamente los labios? Para ver que reacción obtiene...

    Un saludo.

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  4. Caprí c·est fini, estoy de acuerdo contigo en la observación que haces sobre el observador y el ser observado (redundancias a posta)La coquetería femenina pasa por ese punto de..."me está mirando"... y yo respondo, porque me interesa (si le interesa) ¡Ay Pedro que rápidos sois...en identificaros con... Me parece muy bien, que conste.
    Qué bien escribes, Assumpta

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  5. Excelente fragmento, y de lo más "coqueto".
    Muchísima suerte con este libro, que sin duda promete y mucho.

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  6. Hoola!
    Veo que esto va viento en popa.
    Me has dejado sin respiración.
    Haré lo posible por ir a la presentación en Madrid.
    Suerte y un abrazo

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  7. ¡¡Se vé bueno de veras panterita!!
    Bicos muchos

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